Leyendo
cosas por internet, me he encontrado con unas curiosas estadísticas, mas que
fiables, todo lo fiables que pueden ser las estadísticas de internet. Una
universidad yankee de tíos listos
americanos, atiborrada de fuga de cerebros extranjeros, ha sacado el resultado
de un estudio, el cual señala que uno de cada diez (1 de cada 10)
norteamericanos reconoce haber pasado por una experiencia extraterrestre, y que
dos tercios (2/3) de la población norteamericana considera que en caso de
contacto extraterrestre, Obama haría un mejor papel que un presidente
republicano. Perplejidad acude a mi. Queda ya completamente patente que nuestra
civilización tal y como la conocemos se dirige sin remisión hacia su hecatombe
y desaparición, y esto, como muchas otras cosas, son signos indicativos de
nuestro declive y ruina mas pavorosa como género humano.
Me voy a
centrar en la primera cifra de las estadísticas, ya que la segunda estadística
me parece de retrasados, indigna de ser comentada en mi blog. Que uno de cada
diez americanos haya visto marcianitos, o venusitos,
o luces de bohemia volantes en su jardín, es como poco, aterrador. No se si se
debe a que deliran por el atracón de superhéroes, tiros y bichos que se meten
por televisión, o que su vida sencillamente es tremendamente árida y aburrida,
o ambas cosas a la vez. Lejos de entrar en cualquier polémica ovni, que me
parece materia exclusiva de la radio de madrugada -se que es un tema muy
documentado y bla, bla, bla…-, simplemente me alucina que en la primera
potencia del mundo, uno de cada diez de sus ciudadanos flipen en tecnicolor con
doble surraun, creyendo absurdeces de
tal magnitud.
Esta
hartamente probado y es psicológica y sociológicamente sabido, que multitud de
individuos tienden a creer y asimilar como real y ocurrido, fantasías,
invenciones, conspiraciones y alucinaciones, con el único afán de ser
depositarios de experiencias extraordinarias o incluso exclusivas, para
sencillamente poder confrontarlas ante su colectivo social, buscando así ganar
prestigio, singularidad, superioridad, despertar interés, o cualquier motivo
que les granjee cierto reconocimiento entre sus congéneres, de manera
consciente o inconsciente. Sin embargo, en individuos prácticamente aislados,
raramente se da este tipo de comportamientos, que únicamente están destinados
para ser conjugados en un entorno social; dicho de otra manera, estas
extraordinarias experiencias de las cuales han sido testigo tal cantidad de
gente, son casi siempre necesariamente compartidas, precisamente con el objetivo
inequívoco antes mencionado, buscar notoriedad, dar color a una existencia
insulta, darse importancia, misterio, poseer información privilegiada, única;
es decir, ser mejor, diferente, sentirse mejor.
Dicho esto
tan chuli, reitero mi asombro de que tal cantidad de gente de EEUU, 1 de cada
10, - aproximadamente unos treinta millones de personas, ahí es nada-, hayan
pasado por una experiencia extraterrestre; ¡ojo¡ no el simple avistamiento de
un objeto volante no identificado (ovni), que puede ser cualquier cosa
celestial; no, estos treinta millones de tipos, se refieren a tipos de vida no
terrestres, vulgarmente conocidos como marcianitos, “gente verde con antenas”;
aquello que en los 70 y 80 machacábamos con un joystick y un botón por cinco
pavos. Para que vean la magnitud del problema y por comparación, piensen que en
España, por ejemplo, no hay siquiera treinta millones de personas que puedan
hablar con sentido - utilizaré otro ejemplo que este va a ser que no es
ilustrativo e incluso incierto-; quiero decir que es mas gente de la que hay en
España con capacidad de explicarse; vaya, tampoco este va a valer. Déjenme
pensar, -a ver que tal este-: digo que los treinta millones de norteamericanos
equivalen a toda la población de España en edad madura – nótese que digo en
edad madura y no solo madura, después no me digan que no preciso -. Con ello
quiero significar, que es como si toda España haya visto marcianitos y bichos
de los de meninblac I, II y III
(seguramente, pronto la IV). Háganse cargo de la magnitud del disparate. Pues
eso queridos míos, es lo que sale de la sesera de millones de americanos; estamos
perdidos sin duda, no se que pensaran ustedes, pero sino piensan como yo,
posiblemente es que también han visto marcianitos aterrizando en el prado de su
tío Anselmo.
Por favor no
se les ocurra tacharme de negacionista y escéptico, que aquí el que alega
prueba, y se me hace difícil creer que los seres verdes del espacio exterior realizan
visitas individuales a treinta millones de humanos - y a Iker Jiménez, dígase
de paso-, así, sin testigos, a escondidillas
y con nocturnidad, pudiendo perfectamente hacer una visita colectiva a la luz
de día, ahorrándose montones de pasta en combustible, digo yo. ¡Treinta
millones de visitas individuales!, esto si que es un estudio de la humanidad en
profundidad, o los alienígenas venden seguros puerta a puerta, una de dos. Aquí
la cuestión está clara, ¿por qué los marcianitos con antenas no vienen de
visita en los Juegos Olímpicos y así los conocemos todos los humanos a la vez?.
No, ellos de poquito a poquito, acumulando millones de uno en uno, deben ser
realmente pacientes y … vergonzosos. El caso es que no, que no les va el rollo
todos a la vez, que les gusta mas el súper misterio y siempre van a Nebraska de
noche, a visitar al fulano que ya se ha pimplado media botella de bourbon; o si
les parece mas ilustrativo, al campo de Palencia, a ver a un friki de camping de treinta años, que ha
visto Star Wars sesenta y cinco veces, en los últimos tres años, y su novia
todavía es imaginaria. Estos tipos del espacio exterior realmente son unos
descastados, tantas visitas y avistamientos, y ni una sola tarjeta de visita ¡que
impresentables¡. Supongo que el tema de avistamientos y encuentros debe ser de
lo de “ver para creer”, y yo todavía no he visto ni uno solo, ni de soslayo,
¡que lastima pardiez!. Descuiden, que cuando así sea, yo si que me preocuparé
de conseguir pruebas contundentes e incontestables; un prisionero, una pistola
laser, un transmutador molecular de los buenos, o el mismísimo Halcón
Milenario. Si tengo un encuentro, nada de eso de “te voy a contar una cosa que
yo solo se”, yo como el descubridor de
la penicilina o de los rayos x, cederé mi conocimiento alienígena a la
humanidad, supongo que para su inminente destrucción; que es, a la postre lo
que nos pasaría si realmente contactáramos con marcianitos. Si alguien de por
ahí fuera tiene la capacidad de llegar a la tierra (mas de treinta millones de
veces), y nosotros solo hemos podido poner el pie en la Luna, tened por seguro
que nos calientan el culo en cerocoma.
¿O no haríamos nosotros lo mismo?, de hecho lo hacemos con el África negra
todos los días, y sin salir del planeta.
Ahora viene
la pregunta del millón, ¿creo o no creo en marcianitos o alienígenas
cualesquiera?; haberlos haylos dice
Stephen Hawkins, pero de ahí a verlos o que nos vean, hay un trecho largo de
narices. Por eso traigo a colación un tópico completamente estúpido demasiado
manido, eso de que si algo lo piensan millones de personas pues debe ser
verdad; pues va a ser que no, una chorrada mayúscula sigue siendo la misma
chorrada aunque así lo atestigüen millones de personas; que por esa regla de
tres, Dios y Alá no son el único dios,
Elvis no ha muerto, Michael Jackson no era negro y el Betis ganara la liga de
futbol. También pensaron así millones de alemanes cuando apoyaron a Hitler, y
miren como les salió; tipejo este Hitler que ya había escrito en su Mein Kampf
aquello de que “la muchedumbre era la abogada de la estupidez”, y en eso
dolorosamente le tengo que dar la razón. Apliquen el cuento al tema este de los
marcianitos.
Pues este es
el mundo en el que vivimos, donde uno de cada diez norteamericanos ven en la
intimidad a E.T. y amigos, en lugar de hablar catalán,- como hacían otros-; y
siendo así, ahora entenderán el porqué decía que nos vamos al carajo,
sencillamente porqué la mayoría de nosotros somos unos cretinos sin remisión y
nos merecemos una dictadura dura dura, ya que estas democracias que tenemos en
occidente que igualan “supuestamente” a las personas, son tremendamente
dolorosas para aquellos que desgraciadamente no hemos visto nunca hombres
verdes con antenas bajando de platillos volantes.
Les dejo,
voy a tener un encuentro en la 3ª fase de bungalows inacabados en la que curro
sin contrato.
5 comentarios:
Como siempre, sublime... Casi casi lo calificaría de Estelar... si no fuera por que niega mi esencia misma, mi ser, mi yo mas puro... el Ser Verde por Excelencia...
Aunque he de reconocer, que si, que por mucho que yo quiera creer en que unos amuermaos del espacio exterior se van a dar el curro de llegar hasta aqui para "analizarnos a lo cara a cara y en privado", va a ser que se me hace dificil creèrmelo...
como siempre pués, a sus pies quedo maravillado de su oratoria...
Se agradece su comentario. Se sufre su ausencia.
Siempre suyo.
Yo empeze a leerlo pero me aburre, efectivamente como ser verde me viene Grom, lo demas güelga o me la repampimfla...sobre todo del mundo yanki.
Gromcito no cuenta como extraterrestre, que para ser marciano además de ser verde se nesecita estar en posesión de dos antenas, y el orko tan solo posee una (coqueta y juguetona, pero solo una al fin y al cabo) :p
Venga señores, a discutir al patio, que este es un lugar serio.
Señor Pedro, su aceite excelente, su humor me preocupa.
Saludos
Publicar un comentario