Un mito viviente, Ernesto de Hannover. Dícese de aquel que nace en altísima cuna centroeuropea, que su abolengo, de lo rancio que es, es podrido, que no ha dado palo al agua en su vida, que le sobra la pasta a expuertas, que no reina un país de milagro, por aquello llamado república, que se pasa todo por el arco del triumph, y que le da al frasco por eso de que su vida es muy dura.
Un mito, como ya he dicho. Ernesto hoy, es guía y luz de las nuevas generaciones, de juerga en juerga y tiro por que me toca, de copa en copa, por ver si hecho la pota, y de paso, me caso con una princesa jamona, de lo más pijo habido y por haber, para darle un toque de color, aún cuando ya tiene una prometida llamada cirrosis.
Ernesto de "Hangover" es de esos personajes geniales, únicos, tan únicos como para estar en la colección de nuestros mitos; si existe la reencarnación y se puede elegir, yo me pido Ernesto. Mola eso de partirle la cara a los fotógrafos (aunque por otro lado se lo merecen), eso de posar pedo en los actos oficiales, hacer cortes de manga a diestro y siniestro, bañarse en pelota picada en un yate de nosecuantos metros, llegar tarde a las bodas reales, o no llegar, por tener agujetas en el hombro, por levantamiento de vidrio, !ah! y lo que más mola, zurrarle la badana a Carolain, cuando se le cruza el cable. Eso de cascar a una princesa megapija durante la melopea tiene cierto morbo. Ahora un poco de cama, ahora le casco un poco, ahora me enchufo al frasco, ahora le casco otro poco...
El de Hangover, es lo que todos querríamos ser y nunca podremos. Eso si, que los fabricantes de fuá aprendan de como se engorda y machaca un hígado de manera profesional, que en eso, Ernesto es un sabio. Lo de las clínicas de dexintosicación es un agravio para los amantes del paté, ¡que desperdicio de delicatessen.!
El espacio/tiempo ofrecen reflejos de quienes somos y Ernesto, tiene en Luís Ortiz, su imagen reflejada. Otro Pro del frasco y el fantástico mundo del hielo, y que tambien desposo, reposo, casco y poso otra princesa, Gunilla, de los Bismarck de toda la vida; anda que si su ancestro Otto levantara la cabeza, “otto” gallo cantaría, rodarían cabezas.
!Aupa Ernesto!, !Toma del frasco, carrasco! y entre cristal y cristal, ven princesa que te casco.
Este sí es el reverso tenebroso de la fuerza....otro gin tonic, pog favog.