Y es
que señores no me lo he podido aguantar, con los Bardem por en medio, en
ocasiones es superior a mis fuerzas. El tal Sánchez-Gordillo llevaba dando
tumbos por ahí varias semanas con su hueste de no violencia activa, y la verdad no me tentaba demasiado
juntar letras por ello -que uno es un sibarita en esto de fustigar gentuza-;
pero al enterarme de que un Bardem apoya el movimiento, no he podido, digo,
sencillamente no puedo, como diría
Chiquito, reprimirme más, y es así que allá voy y empiezo.
Gordillo,
se que me permitirán llamarle así, era un completo desconocido para mi; no
tanto para los articulistos políticos
que inundan los medios, donde todos claman el yo lo vi primero, ya lo
anuncié yo, yo, mi, me, conmigo; y que en vez de ir a fondo de la cuestión
pelan la pava con
lo de siempre, denostando al personaje que toque y arreglando España. pero fíjense que viendo la
televisión me plantaron de cara a Gordillo y contaron de sus hazañas quijotescas por el
sur de España, no me quedó otro remedio, me interesé.