PARA LELISMOS


Creo haber leído en alguna ocasión que cuando Hitler llegó al poder en Alemania allá a mediados de los años treinta, dentro del grupo de los opositores al régimen nazi, los pesimistas abandonaron el país, y los optimistas se quedaron.
Extrapolado al país multinacional en el que vivo, parece que hay poquitos pesimistas -dicen las encuestas que unos 50 mil fulanos se han ido al extranjero a labrarse un futuro deseablemente mejor-, solo cincuenta mil, así que parece que los optimistas predominan; y con arrojo y valor, se quedan en el país. Dirán ustedes que aquí no hay un Hitler, ni que la mitad del país es nacionalsocialista; en eso puede que tengan razón, pero los alemanes tampoco sabían que Hitler se convertiría en el megalómano destructor y genocida que el futuro atestiguó; en aquellos momentos era un político hábil y brillante con el mayor de los reconocimientos por las potencias extranjeras, Inglaterra y Estados Unidos entre ellas, y fue alagado por millares de intelectuales liberales de prestigio en todo el mundo. Decía que tampoco la mitad de este país es nacionalsocialista, eso es verdad, pero si lo son la mitad de dos países que componen parte de nuestro país, si se puede decir de esa manera, posturitas políticamente correctas aparte.

...y despues descansó.

...y despues descansó.