Ya tiene dimensiones de plaga bíblica. Compra, compra, compra. Come, come, come. Obey the master, como decía Beda Lugoshi en una de sus pelis. Cada vez mas gente millonaria que corre detras de una pelota, lenguas en otros tiempos cortadas por demónicas, chusma analfabeta que nada a favor de la marea, deidades creadas de lo más profundo del fango, pubertos forzados a danzar y cantar secreciones musicales, correlación semanal de celuloide hipnótico y vacío, la quintaesencia de lo cutre, el zenith de lo absurdo, la sodoma informativa y noticieros de fornicio ajeno (con mucho, el menos interesante de su clase). Todo ello consumimos y deglutimos con gusto, en formato plano o por tubo catódico. E incluso en programas de refrito y lixiviado de la misma hez. Una autentica manus iniectio a distancia, con solo apretar un botón.
A todo ello fenómenos, ahora añadid la campaña electoral para las próximas elecciones generales, que ya viene cargadita de falacias y populismo; pero creedlas, y doblegémosnos, es más facil asi. Doble ración de pane et circus para todos, sin salir de casa. La televisión es nutritiva, dijeron alguna vez. Obey de master.
Para los menos infectados la salvación es posible, la manumisión la puede hacer uno mismo. Intentadlo.
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