LOS DOS DEL OLVIDO

Se dice, se comenta, que Cristobal Colón no fue el primer europeo en pisar América; que si Erik el Rojo (sobrino de Pilar Bardem), ya había estado siglos antes. Pues he ahí,que resulta para mi sorpresa, que Pizarro y sus ciento ochenta y pico valientes, tampoco fueron los primeros en descubrir el Imperio Inca.

Antiguas fuentes hispánas señalan que un tal Rodrigo Sánchez y un tal Juan Martín, desertores o abandonados de entre los hombres de Francisco Pizarro cuando este exploraba el sur de Panamá y las costa de Ecuador, yendo en dirección sur, fueron a dar con sus huesos, nada más y nada menos que a Quito, capital del Imperio Inca en manos de Atahualpa, que pudo comprobar con sus ojos que aquellos andrajosos hombres pálidos y de espesa y larga barba no eran dioses, discorde con sus leyendas, sino simples hombres extraños. Se desconoce la suerte que corrieron ambos, pero probablemente fueron exhibidos como animales, se les dio muerte o bien pudieran haber sido sacrificados. Lo cierto es que cuando Pizarro llegó a Cajamarca 5 años después, para hacerle la del pulpo a Atahualpa, no había ni rastro de ellos.

Desde luego Sánchez y Martín debieron correr unas de las más extrañas aventuras de la historia, descubriendo una nueva cultura, tan opulenta y distinta a la suya, sin que la historia les haya dado un espacio para la gloria.

Tras ellos, como sabemos, llegó Pizarro, que con bastante fortuna, inteligencia diplomática sublime, con cuatro gatos y un par, pudo conquistar el Imperio del Tahuantinsuyo, el imperio más poderoso, rico, poblado y amplio de toda América; donde por cierto, no se le recuerda con respeto y cariño precisamente; especialmente en Cuzco, cuya catedral conserva un cuadro de la última cena de Jesucristo, donde Judas Iscariote aparece representado con el rostro de nuestro valiente Francisco Pizarro. (Y estos no eran los 13 de la fama).

No paece que por esos lares aprecien mucho a los españoles, debido al nacionalismo inducido por lo políticos para ganar votos. A mi me parecen unos desagradecidos, nosotros les enseñamos la rueda y les avanzamos de casilla en 300 años del tirón; pero a la hora de criticar solo se acuerdan del oro y la plata que extrajimos y arbitrariamente nos pulimos. Dinero, siempre el cochino dinero.