INSIDE JOB


Yo, como antaño hacían los poderosos faraones, antes de comer algo, siempre doy a probar previamente a engullir. Con ello quiero decir que no me trago fácilmente panfletines sectarios, o que no me siento en sillas que cojean ostensiblemente de una pata; puesto de otra manera, creo tener un talento innato para detectar tufillo partidario antes de ver el plato, por lo que aún siendo comestible, ya ando prevenido de antemano.
El caso que me ocupa ahora es la película-reportaje INSIDE JOB, de menganito y producida por fulanito. Aunque detecté un ligero pestazo a corriente antiglobalización, y manipulación de masas, tipo Al Gore y el calentamiento global (me importa un carajo y medio) – subtitulo eliminado en postproducción-, me he visto la peli con cierto gusto, por mi insaciable curiosidad, y por aquello de “!cómo!, ¿qué no te has leído el Código da Vinci?, te lo tienes que leer”. Pues lo he hecho (no lo del Código, ¡por Dios!), me refiero a la película, Inside Job.
Mi muy personal conclusión. ¿Qué no sabíais que los políticos eran corruptos, incluso en EEUU?, pues vaya, corderitos míos. Lo son. Con que al menos el 5% de lo que dicen en la película sea verdad, así, sin ponderar lo contrario, la conclusión es palmaria; y no, no es que los políticos son corruptos y los gobiernos una estructura maléfica retroalimentada por aquellos, cosa que sé desde mi tierna adolescencia; la conclusión, es la que vengo repitiendo cual tantra esotérico una y otra vez; que somos unos melones, que nos dejamos manipular como ovejitas, que no oímos a Santa Bárbara salvo cuando nos truena encima, en resumen, unos auténticos cretinos.

Sigo abogando por una revolución social, que cambie los términos de nuestra representación parlamentaria, pero es tan difícil sacar al individuo-votante de su letargo analgésico de Marina D´or, Ipod, gimnasio, golf, DVD, Beyonce, comilona, Ferrari y fútbol (entre millones de otros), que la misión parece imposible. Dile tu al ciudadano que cambie sus 80mg diarios de wanna be a star, por 80 minutos de trabajo colectivo en pos de un mundo mejor, va a ser que no – o como lo diría un español en inglés: “it´s going to be that not”-. Mientras tengamos nuestro suministro conveniente de soma, aquí no se mueve nadie; ¡ojo! y los que parece que se mueven, esos llamados antisistema y demás patulea callejera, exclusivamente se mueven para alcanzar la dosis de wanna be a star de los otros. Como botón muestra traigo las declaraciones de un entrevistado al azar de los últimos disturbios de Birmingham el pasado 2011, que a preguntas del periodista por sus motivos para salir a la calle en protesta, el chaval suelta “salgo a buscar un Ipad, porque yo no me lo puedo pagar, y quiero ropa de marca”, y olé. Con todo ello, me repito, que tenemos al público aletargado, y las cupulitas itinerantes de gobernantes siguen jugando al monopoly con nuestro dinero, en el salón de tu casa. El resultado es inequívoco, y sino tiempo al tiempo, los pobres de los países ricos mas pobres, los ricos de los países ricos mas ricos, y los de los países pobres, como siempre, todos pobres, salvo la camarilla que los rige. ¿Pero no hemos vivido esto en el pasado?, ¿no sienten Uds. un deja vu?, claro que si; vayan Uds. a la Wikipedia, para no gastar mucho tiempo y tecleen la palabra revolución, salen un montón de ellas, y en prácticamente todas el germen es el mismo: la reducción casi completa e insostenible de drogaina wanna be a star del populacho. A esto vamos derechitos, con FMI, UE, UN y MTV incluidos.
Hay países que se salvan, pocos pero los hay. Unos por el nivel cultural de su ciudadanía, labrada con esfuerzo colectivo y en conjunción con el mérito individual, como pueda ser alguno escandinavo; y otro países que como Alemania, que se cayeron en la marmita parecida a la de Obelix cuando eran chicos, no saben hacer otra cosa que fríamente tender a la competición y perfección (a veces a costa de sus vecinos).
Dirán Uds. que si China tal, que si Brasil pascual, qué también la India, bla bla bla, que es donde ahora está el dinero y las oportunidades. Mi respuesta es NO, ene o. Estos tres machotes se irán al carallo igual que nosotros, lo que pasa es que su pompa de jabón es mas grande y tarda mas en estallar. ¿Como coño va a ser posible que funcionen esos tres países con el índice de alfabetización que manejan, por muchas autopistas y PIBes que tengan?. Uno está bajo una dictadura cuya corrupción es tan milenaria como su país, otro donde la población marginal y criminal no tiene parangón en el mundo entero y el último maneja todavía conceptos medievales de castas y el racismo está institucionalizado.
Volviendo al filme, que me despisto fácilmente, Inside Job, véanlo, disfrútenlo, no se crean todo lo que ven, como harían ante el show de David Copperfield, pero quédense con la copla. El que actúa en la pista central siempre se corrompe, y siempre a tu costa, pero el problema no es suyo, pobretico, el problema es nuestro, que a cambio de la dosis analgésica adecuada de la caca que sea, permitimos el derecho de pernada, y no siempre con la parienta, casi siempre es con nuestro propio culo. ¡Ah!, no se escandalicen, que salvo las excepciones mencionadas, lleva siendo así desde hace cientos de años. Así que relax, que esto viene de largo, pero reúnanse y charlen, pero en lugar de futbol y política, hablen de soluciones; sin indignarse, que la culpa es siempre propia, ¿o no recuerdas el día que fuiste a votar, alma de cántaro?, pues ahí tienes la prueba de tu delito.
Inside Job. Es como las de espías de Hollywood pero en real. Si no les gusta la peli, o se van a quemar en demasía, no sufran, cambien el DVD (pirata, por favor) y pónganse el perrito Lassie, que anestesia de lo lindo.

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...y despues descansó.

...y despues descansó.