MALLORCA, ¿ISLA O PASTELERIA?

Este es un pequeño relato, nada insólito, de lo que me ocurrió ayer cuando andaba por las calles.

Me encontraba yo en la calzada charlando con un amigo, tras aparcar mi coche, cuando otro vehículo de muy alta gama se aproximó a nosotros decelerando y al acercarse al margen de las plazas de parking donde nos encontrábamos, hizo sonar el claxon, interrumpiendo nuestra conversación con algo de sobresalto, pues le habíamos visto perfectamente al acercarse. Tras esto, la ventanilla del coche se bajo, dejando ver el rostro de una mujer de unos 55 años, fea, sin enmienda y enjoyada, la cual única y directamente me espeto "¿Mallorca?"; tras un pensamiento de milésimas de segundo, donde no pude encontrar las palabras "por favor", "disculpe", "sería Ud. tan amable", "perdón", "podría Ud." o similares, y por carencia de más información, conteste sinceramente conforme a mis conocimientos escolares: "en las islas baleares". La mujer lejos de sorprenderse, y tras una mueca indescriptible, volvió a insistir diciendo "Mallorca, que al lado hay un sitio con pelotas para los niños", me seguía faltando información, mucha información (amén de porfavores y otras normas de cortesía mínima), pensé en contestar que las playas de Mallorca, Ibiza y Menorca, suelen tener pelotas y niños, pero que no sabría decirle cual tiene más pelotas o más niños; opte por contestarle que no sabía a que se refería, a lo cual la señora (pensando que yo era bobo, sin duda), cambio el timbre de voz mono tono y desconsiderado que había utilizado, volvió a hablar diciendo "pero, ¿hay un Mallorca por aquí?, la pastelería"; vale, es la pastelería Mallorca, no la isla, pensé, "Ah! Mallorca (la pastelería), no tengo ni idea señora" me apresuré a contestar (cierto es que no tenía ni idea). Todo lo acaecido con posterioridad fue una concatenación de movimientos acompasados y altamente rítmicos, hasta coreográficos. Según contesté, la señora abrió ligeramente la boca, como para decir bah!, sin llegar a decirlo, mientras giraba el cuello hacia el frente del coche, perdiendome de vista; movió rapidisimamente el brazo como un látigo cuya punta fue su dedo, indicando orden de marcha al conductor, para retraerlo tan rápido como lo había desplegado, a la par que esto ocurría, la ventanilla del coche subía dejando ver mi reflejo de monigote en su cristal, mientras el vehículo aceleraba y se alejaba de nosotros. No hubo un "gracias", "se lo agradezco", o un simple "discúlpeme", hubo un nada, más bien un !Hi-yo Silver, Away! que se debió oír dentro del coche.
Tras ver como mi amigo paraba de reírse y nos depedíamos, comencé a pensar que yo era el attrezzo de la vida de los demás, mobiliario de exteriores, cartón piedra, poste mecánico de información. Una vez leí en estudios psicológicos infantiles, que no era infrecuente que determinados niños piensen que lo que hay en el mundo es completamente inanimado e inmóvil, mientras ellos no lo ven, y que cobran vida una vez que el niño alcanza a verlo o interactúa con ello; esto me pareció algo similar. Cierto es que hay maneras más amables de contestar, pero más cierto es que hay maneras más amables de preguntar, y cuando reducimos la conversación a monosílabos, frases sin verbo ni adverbios interrogativos de lugar, lo amable y correcto es utilizar el mismo lenguaje del interlocutor, el cual no se sorprenderá porque utilices su lengua nativa, hasta lo agradecerá. El ruego es crucial cuando solicitas, sino se convierte en exigencia, y la exigencia no es precisamente pariente de las dádivas y donaciones.

Hay una explicación más sencilla, que la señora, no era una señora, sino una mal educada bruja y se merecía una patada en su puta boca, o que la hubiera mandado con indicaciones falsas adonde el viento da la vuelta. Decidí no optar por este método. Por eso decía al principio que esto no era un hecho insólito ¿verdad?, más bien es el pan nuestro de cada día. No me mal interpreten, mi comportamiento fue fruto de mi parálisis mental, provocado por los quelíceros verbales de una de tantas personas que piensan que el mundo gira alrededor de su nariz.

Como dice un buen amigo mio, nosotros (él y yo) somos simplemente los figurantes de las películas que protagonizan los demás. Traigo a colación el refrán de "nunca te acostaras sin saber una cosa más", a la postre quede contento de que la señora, amén de encontrar el sitio de las pelotas, hubiera aprendido que Mallorca, además de una pastelería, es también una isla balear.

1 comentario:

Unknown dijo...

Me hubiera gustado verlo... Osmerico.

...y despues descansó.

...y despues descansó.