!ORDEN EN LA SALA!

Tras la victoria aliada en la IIGM, se crearon Tribunales destinados a juzgar a las potencias perdedoras, en las personas de sus máximos dirigentes. De todos son conocidos los juicios de la jerarquía nazi de Nuremberg; sin embargo menos conocidos son juicios sobre los jerarcas nipones, responsables en cierta manera, de atrocidades equiparables a las de los alemanes.
El caso es que hoy traigo de mis archivos, un pequeño vídeo de un curiosísimo y gracioso incidente que tuvo lugar en los juicios de Tokio, sobre la persona de Hideki Tojo, personaje que llegó a ser primer ministro del Japón Imperial durante la Segunda Guerra Mundial, y se le considera el precursor del militarismo japones de la época, atribuyéndole la responsabilidad de arrastrar a la nación del Sol Naciente a la guerra y de cometer crímenes contra la humanidad.
Una vez visto el vídeo, sorprende ver como Tojo se toma la colleja a broma, debe ser porque estando en juego su pellejo (finalmente le ejecutaron), le importa tres pepinos una tollina mas o menos, o porque su metro taponenta le impide responder a agresiones físicas mas allá de las hechas por un Geyper-man. El caso es que todo parece un poco "friki". No me veo a Keitel abofeteando a Göering, o a Speer chinchando a Jodl en Nuremberg. Estos japos son diferentes. A vuestro criterio.
PD: ¿Quien será el que da la colleja? La verdad es que parece mas ido que el propio Hess.

7 comentarios:

Unknown dijo...

No es una colleja, es un amable gesto por parte de un dedicado subordinado.
En ese momento, Tojo tenía una mosca muy molesta marcándose unos pasos de tango por su egregia cabeza, pero el rigor castrense (samurai) le impedía tomar medidas. Así que, el subordinado, viendo el sufrimiento de su jefe, se toma la libertad de proceder, y todos sabemos cómo se espantan las moscas, aquí o en Japón.
Lo que no se ve es cómo este abnegado anónimo espantamoscas tendrá que hacerse el harakiri, o el sepukku, o lo que sea, empleando solamente la pata del camastro de su celda (los prisioneros no tienen permiso para llevar espadas).
Es un gesto imprescindible para limpiar el honor de Tojo, pero los yanquis lo ocultaron para que la vergüenza de la colleja caiga sobre Tojo por toda la eternidad.

Anónimo dijo...

lo de yanquis me suena a lenguaje politicamete correctoZ...sinceramente me remito al camposanto de una playa francesa en la zona de normandía. El nombre de la playa da igual, siempre será conocida como Omaha, pero hay una pila de yanquis enterrados muy cerca...sino fuera por ellos estarimaos diciendo....sigh heil (saludo victoria para los no iniciados)asi que en loor al lenguaje de la bardem...Viva Chavez...Abajo el Rey....

que os den a todos

Mariscal de Campo Erwin Rommel dijo...

No tenía ni idea de la colleja esa. Quien es el tarado que se sienta detrás? También le juzgaban? Que pasó con él?

Anónimo dijo...

Solo son escoria imperialista devorándose entre ellos. Japoneses, americanos, lo mismo dá. La marea roja arrasará con todos vosotros, decadentes.

Capo se apunta dijo...

Bueno, no he sido capaz de averiguar el nombre del irrespetuoso collejeador, pero sí que he visto la lista de los enjuiciados en los trials, y la inmensa mayoría son militares de muy alta graduación. Algunos (muy pocos) no se comportaron en el juicio muy honorablemente, como el general responsable de la matanza de Nanking, que adujo en su defensa que sus soldados no le obedecían (hay que joderse), pero de ninguno de los militares me puedo imaginar semejante desfachatez. Además, se les permitió vestir el uniforme.
Sin embargo, habia un encausado que no era militar, sino el encargado de negocios para la zona ocupada de China, es decir, el que se ocupaba de los trapicheos del opio (principal negocio en la China de entonces, y no sé si de ahora). Aun a riesgo de incurrir en una acusación temeraria (por que al fulano no lo reconocería bajo ninguna circunstancia, son todos tan ... amarillitos), el perfil encaja.
Creo.
Saludos.

Capo se apunta dijo...

Pues no. Me rectifico a mi mismo. El probo encargado de la distribución del Opio no fué el irredento collejeador.
El cargo es para una tal Okawa Shumei, ideólogo y escritor ultranacionalista (joder, el perfil de éste también es bueno, cómo pude pasarlo por alto). El pollo no era tonto, ya que con la excusa de la colleja y arrancandose a llorar a continuación consiguió que lo declararan chalado perdido y evitar que le enjuiciaran en Tokio.
Eso explica mejor el desprecio de Tojo.
Hay un auténtico friki, rianse ustedes, el más friki del lugar, que se hace llamar Hartmann, y que da todos los detalles en su web. Como no sé como poner aqui el enlace, buscad el nombre del japo chalado en google y lo vereis.
Saludos.

Mariscal de Campo Erwin Rommel dijo...

Muchas gracias por la info!
La verdad es que asi en el video parece mas occidental que japo. El tio palmó en el 57 asi que finalmente se libró. Parece ser que la locura le vino producida por la sífilis.

...y despues descansó.

...y despues descansó.