EL HUNDIMIENTO DEL WILHELM GUSTLOFF

La historia es escrita, sino sería pre-historia, aunque hoy traigo para relatar un acontecimiento digno de la pre-historia, por lo poco escrito sobre ello, ocurrido en pleno siglo XX; el hundimiento del barco alemán Wilhelm Gustloff.

Ocurrido en 1945, durante la evacuación de Prusia Oriental por los alemanes, ante el empuje del Ejercito Rojo. A día de hoy sigue siendo la mayor tragedia naval de la historia, muy por encima del archiconocido Titanic, del Lusitania, o el Laconia.

La zona del Báltico de etnia germánica y en especial la Prusia Oriental, eran objetivos con doble importancia para el ejercito rojo 1) por ser una de las razones reivindicadas por los nazis para comenzar la guerra, para unir la patria a Danzig,  corredor perdido en favor de Polonia en la IGM, y 2) sería la primera vez que los soviéticos pondrían el pie en el sagrado suelo alemán.

Las consignas del ejército rojo eran claras, venganza, venganza y más venganza. Dichas ideas no nacieron de la mente del normalmente analfabeto soldado rojo, sino que fueron instigadas desde las mas altas esferas, en particular por el ideólogo ruso del genocidio Illia Ehrenburg, y su eslogan ¡Muerte a los ocupantes alemanes!; todo ello, por supuesto, con la aquiescencia directa del Vozhd. Ese deseo de venganza y muerte, ocasionó uno de los más oscuros y tristes capítulos de la guerra, donde el fusilamiento arbitrario de militares y civiles alemanes fue continuo, y la violación de la población femenina alemana, sistemática y repetitiva; sólo superado contemporaneamente en barbarie por el holocausto nazi.
El miedo a la horda roja y a sus represalias, provocó el mayor éxodo civil de toda la guerra, llegando a superar los dos millones de personas evacuadas de esa zona geográfica, siendo el barco la vía mas recomendable y rápida, por el estado del frente. Uno de los barcos utilizados fue el trasatlántico civil Wilhelm Gustloff, de veinte mil toneladas, inactivo durante la guerra por el bloqueo aliado. Durante tres días se fue llenando el buque de gente que huía, donde llegaron a hacinarse más de 8.000 personas, cuando su capacidad normal era de 1.800. (se ha llegado a decir que superaban los 10.000).

El Wilhelm Gustloff zarpó del puerto de Gdynia, el día 30 de Enero de 1945, navegando sobre las agitadas aguas del báltico. Al no ser una embarcación militar, no navegaba dando viradas, y sus luces permanecieron encendidas. A las 19:00 horas fue avistado por el submarino soviético S-13 capitaneado por Alexandr Marinesko, que tras horas de persecución, no daba crédito de haber encontrado presa tan grande y fácil, después de llevar tres semanas sin avistar ninguna. Disparo sus torpedos a bocajarro, causando tres explosiones en la embarcación alemana, que inmediatamente escoró y comenzó a hundirse, provocando el pánico en los pasajeros, convirtiendo la cubierta en un caos. La embarcación en setenta minutos se volteó y se hundió. Pocos botes pudieron ser lanzados por los pasajeros , en los cuales salvaron la vida algunos cientos de personas. Otros perecieron saltando al agua templadita y calmada del mar báltico de Enero, donde perecieron de hipotermia en pocos minutos, el resto pereció dentro del barco.
Tras el incidente, únicamente la torpedera T-36 pudo acudir al SOS del Wilhelm Gustloff, llegando a tiempo para rescatar a 252 personas del agua helada. El total de los supervivientes fueron 949, pero más de 7.000 personas no tuvieron la misma suerte, y encontraron la muerte en el fondo de las heladas aguas.

Más tarde, en febrero de 1945, el S.13 de nuestro amigo Marinesko, volvió a hundir una embarcación civil, con 2.000 refugiados, el General Steuben, con un saldo total de 1.700 muertos.

En ningún caso el S-13 de Marinesko emergió para ayudar a los supervivientes, no había piedad para los cochinos alemanes. Desde luego este chaval se merecía un monumento por carnicero, y a fe que lo tiene, en su ciudad natal (ver foto abajo). La URSS, es lo que tenía, no contaban las víctimas, sino la revolución y los héroes. Marinesko, “el héroe”, fue poesteriormente expulsado de las fuerzas navales, y enviado por el NKVD a un campo de trabajo del Gulag, por tres años; pero no por estos incidentes, sino por “antirrevolucionario” (algún delito como ver occidente por su periscopio, o tener tomates de más en su submarino); donde acabo borrachín perdido.
Este hecho configura el mayor naufragio en la mar de la historia, en lo referente al número de victimas; como dije el Titanic, el Lusitania, o el Laconia se quedan cortos cortos; eso si, nada de pelis de Hollywood, que sería políticamente incorrecto.

Como veis la historia se escribe, pero depende mucho de quien la escriba.

1 comentario:

Mariscal de Campo Erwin Rommel dijo...

Pasaje super interesantes.No tenia ni idea.Enhorabuena por el artículo.

...y despues descansó.

...y despues descansó.