Edgar Allan Poe escribió en 1838 su relato “Las aventuras de Arthur Gordon Pym”, donde cuenta que tras un naufragio cerca de las Islas Malvinas, queda una barcaza a la deriva con cuatro supervivientes. Sin salida, lejos de la civilización y acuciados por el hambre, los integrantes del bote hacia la muerte, deciden sortear entre ellos quien debe morir para servir de alimento de los demás; el desafortunado perdedor resulta ser el grumete, llamado Richard Parker, el cual es devorado por sus compañeros de desdicha. Gracias a la carne de Parker, los naufragos caníbales resisten y consiguen llegar a buen puerto. Pero esto tan sólo fue un relato, pura ficción.
Tras la publicación de la novela de Las Aventuras de Arthur Gordon Pym, en el año 1846, el barco Francis Spaight naufragó cerca de la Ciudad del Cabo, llevando a la muerte a su tripulación, entre ellos al grumete Richard Parker.
En 1884, es decir, 48 años tras la publicación de la novela de Poe, la embarcación Mignonnete naufraga en aguas de las Islas Sándwich del Sur, no muy lejanas a las Malvinas. En dicho infortunio quedan a la deriva cuatro supervivientes en una tabla de madera, utilizada a modo de balsa. Tras días de vagar a la deriva, el hambre hace mella en los hombres, los cuales deciden comerse a uno de ellos para intentar sobrevivir. Eligen al grumete, al más joven entre ellos, un chaval amable y rollizo, llamado…Richard Parker.
Ya sabes, si te llamas Richard Parker, no te hagas grumete.
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